Los primeros rayos de luz anunciaban un nuevo día en las barracas de Rose, en donde se concentran los más grandes guerreros del continente Cartavio, aquellos que son llamados los hijos del Dios RON, el tejedor de destinos.
En las últimas batallas se habían presentado bajas: dos de los guerreros de primera línea, los dos quizá que más batallas han presenciado se encontraban en una misión de investigación en tierras lejanas, peleando con una grupo de mujeres que controlaban la magia de la seducción, y que encandilando a sus adversarios, los llenaban de pestes, o salían de sus disfraces femeninos, para darles una puntada artera y dejarlos indefensos.
Es mismo día, Christian, el de la velluda tez, Ricardo el demoledor, y algún héroe más tuvo alguna misión sin retraso, puesto que en el campo solo se quedaron pocas personas : Andrés, Daniela, Gigi, Freddy, Jose, Alejandro, Kenyi, Kety, Coki y Yuri.
El día pintaba para un jolgorio sin igual, bebiendo, riendo, cantando y bailando al compás de los bufones y orquestas que deleitaban a cuanto transeunte se cruzaba en su camino. Con el tiempo apareció Renzo, el domador de mujeres, y Javier, el Alquimista; personas que se dedicaron a divertirse sin igual.
Las primeras luces del cuerpo celestial menor en jerarquía, La Luna, iluminó sus bellos rostros, por lo que se procedío a libar el extasiante elixir del continente, que recibe el nombre del Dios de la guerra: el ron. Seguido por la partida en incomiable misión de Gigi, Andrés y Daniel; Coki y la desaparición fortuita de Yuri.
Tras momentos gratos sucedió lo inexplicable. El acrobático Kenyi osó inrrumpir en la propiedad del Emperador asiático y tras el reclamo del pago del tributo y la negación del primero, el Emperador sacó su vara, esa que domó grandes reinados, y fundó una cultura gastronómica, y procedió a atacar al joven samurai, luego de minutos de incesante batalla, Kenyi fue capaz de destruir la vara con su antebrazo derecho, por lo que el Emperador, en encendida cólera trato de clavar en el jalado ojo la punta rota; en su fallido intento hirió al héroe, y comenzó la batalla.
Tras tanpeligroso y sorprendente altercado, fue llamado Victor, el Monje, a realizar las negociaciones de paz, sin embargo tras las palabras del Alquimista, el Emperador llamó a los sicarios y es ahí donde todo pasó en cuestión de segundos eternos.
Los pequeños monstruos se avalanzaron tras la orden contra Renzo, domador de mujeres, y tras la desventaja, entró en acción, con reconocible coraje e ímpetu, José, el Rayo Blanco de Cartavio, el cual es reconocido por esa tetilla destruida en una pelea contra 20 criaturas que se transforman a la luz de la noche, y por un pasado oscuro; tras su incursión, el líder de los azotes del Emperador dió un golpe en la faz al Rayo Blanco, por lo cual este cayó varios metros lejos y tuvo que dignarse a pelear en desventeja, tras varios forcejeos, uno de los adversarios cayó al suelo y en ese momento incursionaron al frente El Azote Asiático y el Golemde acero.
Tras una batalla digna de cánticos, se vió la aparición de mas enemigos, cargados de catapultas con piedras en fuego y vidrios punteagudos, los cuales bombardearon sin piedad. Fue en ese entonces que los guerreros si vienron unos a otros. El Rayo Blanco comenzó a retroceder junto al Azote Asiático, delante de ell0s a paso lento el Golem de Acero, atrás la Princesa era resguardada por el Rayo Nego, Alejandro, y Freddy el Curandero, mientras que el Alquimista esperaba la forma de huir para el grupo y el Domador de Mujeres iba por refuerzos.
Es ahí donde el apogeo de la batalla se produjo: tras momentos tan críticos y en evidencial desventaja, uno de los enemigos decidió dar el último golpe y así acabar con la vida del Rayo Blanco, sin embargo tras la advertencia del Golen de Acero, este puedo evitar el golpe, pero el segundo sufrió la parte más cara del encuentro. Es de conocimiento que todo metal se forja con el golpe de una roca, y es así que en oportunidad única uno de los atacantes fió un golpe certero en la cara de tan corajudo héroe, y lo hizo caer descorazonado. Fue en ese momento que el Alquimista vió una salida y la retirada se realizó.
La guerra no ha terminado, pero la batalla fue perdida. Todo golpe enseña algo, pero siempre existe la revancha y cuando esa llegue, estarán todos los héroes en pie de guerra esperando unidos sus destinos, y ensangrentarán valles y castillos, pero su espíritu nunca será derrotado.